El entrenamiento en inteligencia emocional se lleva a cabo en dificultades de regulación emocional y las relaciones interpersonales así como problemas de interacción social que pueden derivarse de diversas patologías (ansiedad social, trastornos del espectro autista, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastornos del desarrollo intelectual). Los objetivos de este abordaje son la toma de conciencia de las emociones propias y de las demás personas, la capacidad para regularlas y el desarrollo de comportamientos que nos permitan relacionarnos de forma eficaz y satisfactoria.