La dislexia evolutiva es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por la presencia de dificultades en la lectura y la escritura, en ausencia de dificultades intelectuales o sensoriales y habiendo recibido una escolarización adecuada.
CARACTERÍSTICAS
Se trata de un trastorno neurobiológico de base genética, aunque aún no se conoce con exactitud los genes implicados.
A partir de las técnicas de neuroimagen funcional se ha podido observar que las áreas de activación varían en las personas con dislexia. Así Shaywitz & Shaywitz encontraron que al someter a una actividad de lectura a personas con dislexia se producía una menor activación en las áreas cerebrales que se activan normalmente al leer, así como la intervención de áreas que normalmente no se utilizan en la lectura.
Es un trastorno persistente y crónico. Aunque se produzca aprendizaje y evolución, la persona con dislexia presenta dificultades en la lectura y escritura a lo largo de toda la vida.
Según estudios recientes, afecta aproximadamente entre un 4 y 10% de la población, siendo el trastorno de aprendizaje más frecuente en ambos sexos.
Se trata de una alteración en el procesamiento fonológico, la memoria verbal y la velocidad de procesamiento verbal. La persona con dislexia muestra dificultades en la identificación, manipulación de los sonidos que forman las palabras y la retención del orden secuencial.
Se pueden encontrar dificultades asociadas como algunas alteraciones de lenguaje, cálculo mental, concentración, planificación y coordinación motriz. También puede darse la presencia de trastornos asociados (TDAH o trastornos emocionales) que pueden agravar el cuadro.
DIAGNÓSTICO
Para el diagnóstico de la dislexia es necesario realizar una valoración a partir de la historia clínica, el estudio mediante pruebas estandarizadas del rendimiento cognitivo global, lenguaje, atención, memoria, funciones ejecutivas, comportamiento, lectura y escritura.
Al tratarse de un trastorno crónico, sus manifestaciones van variando a lo largo del desarrollo aunque presentan una serie de factores de riesgo comunes como la presencia de antecedentes familiares de dificultad en el aprendizaje de la lectura/escritura, dificultades de habla y/o lenguaje y problemas para evocar palabras.
A continuación resumimos algunas características clínicas en diferentes etapas evolutivas:
Primer ciclo de primaria
- Dificultad para identificar y manipular los sonidos que forman las palabras.
- Problemas para establecer las correspondencias entre las letras y los sonidos que las representan.
- Dificultades para encontrar las palabras cuando habla.
- Errores en la lectura.
- Errores en la aplicación de las normas ortográficas.
Segundo ciclo y tercer ciclo de primaria
- Lectura lenta y forzada.
- Dificultades en la aplicación de normas ortográficas y en la expresión escrita.
- Dificultades en la comprensión lectora.
- Problemas en el aprendizaje de las secuencias (abecedario, meses del año) y las tablas de multiplicar.
- Dificultades en las matemáticas.
Educación secundaria
- Lentitud lectora.
- Dificultades en la comprensión lectora.
- Problemas en la aplicación de normas ortográficas.
- Baja planificación y redacción de textos.
Bachillerato y edad adulta
- Baja velocidad lectora.
- Presencia de errores ortográficos.
- Desorganización en los textos escritos.
- Rechazo o evitación de actividades que requieren lectura.
TRATAMIENTO
Una vez establecido el diagnóstico debe planificarse la intervención. El trabajo de reeducación con el niño se fundamenta en un aprendizaje estructurado, acumulativo y significativo, partiendo de sus conocimientos para aumentar la complejidad de forma progresiva.
El diseño del plan de intervención depende de la edad del niño y de las áreas en las que encontramos afectación, estableciendo diversos niveles en la intervención:
- Conciencia fonológica
- Establecimiento de correspondencias grafema-fonema.
- Lectura.
- Escritura.
- Desarrollo de estrategias, técnicas de estudio y uso de ayudas técnicas.
El establecimiento de un diagnóstico temprano y una intervención precoz teniendo en cuenta los ámbitos en los que se desarrolla son aspectos clave para favorecer su evolución. Por ello es necesaria la implicación del entorno escolar mediante la aplicación de protocolos de intervención específica y el apoyo familiar como parte del tratamiento.
Redacción Cavín - Centro Médico Infantil y Juvenil.
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